viernes, 26 de agosto de 2016

Erytheia

Erytheia tiene algunas manías que me excitan de sobremanera, casi tantas como aquellas que le corrijo... Por cada vez que deja la ropa tirada por el suelo, hay diez en las que mueve el pelo tras la oreja en un golpe de cuello que levanta el aroma a limón de su champú... Por cada vez que deja el fondo de la taza lleno de dos dedos de colacao imposibles de quitar en el lavavajillas, camina sobre sus tacones con un movimiento de candente sensualidad. Se pellizca el labio cuando se pone nerviosa, se chupa el dedo índice cuando piensa, se relame cuando bebe vino tinto y se mece cuando le gusta la comida... con el pijama se le suele escapar un pecho y cuando lee se sonríe...

Cuando me monta se le dilatan las pupilas y cierra los ojos... cuando los abre parece que me está entregando el alma y al mirarme a la cara aumenta el ritmo, como si quisiera que nos fundiesemos.

Cuando la azoto muerde las sábanas y cuando estoy acabando pide que le de la mano, para besar mis nudillos y oler mi piel, para sentirme cerca... y rompe a llorar cómo si no hubiese llorado en mil vidas.

Cuando me abraza me huele y se aprieta como si fuese a desaparecer, cuando da los besos, lo hace de verdad, con un sentimiento antiguo y cuando se deja las frases a medias mientras la follo.

Erytheia teme a veces olvidarse de mi cara y me mira como si fuese la primera vez que me ve.

Por eso es MIA.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Restos de Él

Eran las 11.30 Habían salido a pasear después de la cena y habían acabado en el nuevo bar rockero de la ciudad... Cuanto le gustaba a Andrés ese ambiente y cuanto le gustaba A Erytheia verlo disfrutar.

Dos cervezas negras y una mesa de billar. Elvis de fondo, Erytheia con una minifalda vaquera y una camiseta negra con un agujero que deja ver su escote. Tirabuzones cayendo por su espalda. Se mueve al ritmo de la música mientras lo mira beber. ¿Cómo puede ser tan hermoso? Pantalón corto, polo gris. Y la barba de aspecto descuidado que Erytheia arregló anoche antes de irse A dormir. Él mira la puerta, ha entrado un grupo de chicas que hacen ruido. Frunce el ceño y Erytheia se sonríe... ella era escandalosa hasta que vio lo mucho que eso molestaba a los demás. Él se lo mostró.

-Si me ganas al billar, te lubrico antes de partirte el culo esta noche.

Erytheia asiente y su culo comienza A resentirse, es muy improbable que ella gane.

La partida comienza y Andrés se sonríe, su juego es impecable y Erytheia nerviosa, no da pie con bola.

En una de sus tiradas mete de lleno la bola negra en el agujero.

-¿Así te he enseñado yo a jugar? Debería azotarte por esa jugada tan mala... quizás lo haga... toma, compra cacahuetes y gominolas -le dice señalando la máquina.-voy a pedir más cervezas.

Erytheia tiembla mientras compra las dos latas de aperitivos.

Llegan a casa antes de las dos y media, ella se desnuda rápido guarda la ropa y recoge la que Andrés ha dejado sobre la cama. Él está en el baño.

-Ponte ahí.

Se coloca en la cama, a cuatro patas y el saca un flogger pequeñito de tiras de goma, grisáceo.

La azota despacio, recreándose en los golpes, dejando caer todas las pequeñas gomas en su culo. No duele mucho,  sobre todo porque no es un dolor que perdura, pero deja la piel roja y pica.

Coge después una pequeña rueda de pinchos que le regaló una amiga común (una gracia... piensa Erytheia mientras su Amo pasea la rueda por su culo)

Al final lo ve soltarla y coge aire, relajando para lo que viene. Él entra en ella, sin parar... Le duele pero sabe que a Él no le importa, continúa entrando en ella, bombeandola,  agarrando sus tetas y mordiendo su espalda... esa sensación le provoca escalofríos...

Ella se corre, pero a Él aún le queda un rato, sigue bombeando, mientras ella trata de pensar en el placer que antes le provocaba la excitación. Al final, se corre dentro.

-No lo dejes escapar.
-No Amo.

Un beso en la frente y la agarra para dormirse unido a ella

domingo, 7 de agosto de 2016

Ritmo

Menéate, contonea tus caderas a mi ritmo... así, mi amor, lúcete, siente la vitalidad corriendo por tus poros, esta es mi canción, nuestra canción... tu la bailas, yo marco el paso... siglos de melodía que se reducen a tus caderas, así, corazón, siéntela vibrar en ti.

Bailo, bajo sus palabras. bajo su ritmo... canción tras canción... empezó en un streaptese pero llevo ya un rato sin ropa, bailando para Él... y se me olvidan los pasos, pero Él me quiere así, danzando a su ritmo.

Me subo sobre sus rodillas, me besa.

-Mírame a los ojos... Mírame...

Y lo dice, como si fuese a perderme si no lo miro, como si me encontrase cuando lo hago. Lo miro, lo busco ansiosa... me encuentro en sus pupilas dilatadas, en el espejo de su alma, en la excitación que me provoca.

Me besa, me agarra los pechos y la música ya no suena para mí... ya no oigo más allá de sus suspiros y sus palabras en mi oreja.

-Rózate. Frotate como una perra contra mi polla.


Me encanta hacerlo, me gusta sentir el contacto de su piel en mi clítoris.

Cuando se cansa me tumba y entra en mí, con fuerza, con confianza, sabiendo que será bien recibido en mi interior.

Me susurra historias al oido, mientras me bombea, me besa y me pellizca.

Al final, se derrama en mi interior.

Y la vida se detiene, aunque sigue su ritmo en mi interior.