viernes, 20 de noviembre de 2015

Toda Suya, toda Llena.

Estoy en el trabajo, bastante harta de una compañera que no para de mandarme mails chorras... será que ella no tiene nada que hacer. Suena mi móvil.

-Hola perrita.
-Buenos días Amo.
-¿Cómo vas vestida?
-Llevo el vestido verde, las medias marrones super bonitas que compramos la semana pasada, los botines camel y ropa interior... el conjunto verde botella que a usted le gusta.
-Pues el conjunto que a mí me gusta, quítatelo.
-Sí Amo.
-¿Llevas el plug en el bolso?
-Sí Amo y el huevo también.
-Bien, de momento quero que te quites la ropa interior y te pongas el plug, hasta que yo te avise. También quiero que te masturbes durante diez minutos, sin correrte. Vuelves al despacho y sigues con tu trabajo. Luego te llamo. Portate bien zorrita.

Cuelga y yo me dirijo al baño. Cierro la puerta con pestillo y trato de ser lo más rápida posible... me aterra que alguien me oiga. Masturbarse diez minutos exactos sin pasarse de la hora y sin correrse es complicado.

Me excito con facilidad, más aún llevando el plug anal en el culo, sentirme llena me pone más cachonda.

Me tengo que morder el brazo para aguantar mis ganas, pero lo logro y me recompongo para volver al trabajo.

Una hora después, vuelve a llamarme. Me pide que cierre la puerta y que me masturbe con fuerza mientras estoy al teléfono,

-Mírate, serás zorra, masturbandote en el trabajo  y sin llevar bragas, hay que ser muy guarra para hacer eso que estás haciendo... Qué puta eres. Dime zorra ¿Qué eres?
-Su Puta Amo, su propiedad, su guarra, su juguete, su chupapollas.

Comienzan a mezclase mis palabras con gemidos... a no ser casi capaz de aguantar mi ezcitación.

-Frena Guarra. No se te vaya a ocurrir correrte.

Me vuelve a llamar un par de veces más, hasta que llega la hora de comer y me resbala el flujo por los muslos.

Salgo del trabajo, cansada y cachonda, turbada por la excitación

Su coche esta en la puerta. Subo y me coloca el cinturón. Con las manos coloca mis piernas abiertas y en alto. Toca con dos dedos mi coño y lame la humedad.

-Eres una fuente, una perra en celo.
-Si Amo, estoy muy cachonda.
-¿Y quieres correrte?
-Solo si usted me lo quiere permitir Amo.
-De momento no has hecho nada para merecerlo y tengo hambre.

Conduce hasta su casa. Me desnudo y espero a que me indique algo.

-Pon la mesa. Para dos.

Hago lo que me dice mientras, en cada viaje a la cocina, lo veo cocinar. Sus movimientos en la cocina son una danza, parece coordinarse a la perfección con los ingredientes y siempre he pensado que ahí residía su buena mano para los fogones.

Cuando está todo casi listo me sube a la encimera. Mete en mi coño el huevo vibrador y lo pone en el nivel 2

Nos sentamos a la mesa. En un momento tengo ante mí unos calabacines  hechos espaghetti al ajillo y un solomillo de ternera.

Comemos tranquilos. Si yo no estuviese desnuda, cachonda y con mos agujeros llenos pareceríamos una pareja totalmente convencional comiendo.

Cuando terminamos de comer me lleva a la habitación. Sin siquiera recoger la mesa.

-Ahora que he saciado mi hambre, voy a saciar mis ganas.

Saca el huevo de mi coño y me folla. Me siento muy llena con su polla dentro y el plug en el culo. Su lengua, además; juguetea en mi boca al ritmo de las embestidas.

-Córrete todas las veces que puedas.

Yo estallo justo tras su orden y cuando eñ se corre lo vuelvo a hacer.

Cuando sale de mí me apresuro a limpiar su polla. La dejo limpia y al ir a sacarla de mi boca, Él vuelve a meterla dentro. Una mamada muy despacito, como a Él le gusta... mi lengua juguetea cariñosa con su miembro, aún sensible de la primera corrida.

Al final se la consigo poner dura de nuevo, tras bastante rato jugando.  En ese momento me aparta. Me coloca a cuatro patas sobre la cama y me saca el plug. Casi de inmediato, introduce su polla en mi ano. Me folla y me masturba con sus dedos.

Aún tengo el coño sensible de tantos orgasmos seguidos.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cállate la boca.

Me despertó un mordisco en la barbilla.

-Ay! - fue más un quejido que un grito.
-Cállate la boca.
Siguió mordiendo, mi cuello, mis pechos, mis brazos...  me bajó las braguitas y me penetró con brutalidad.

Yo callada, claro.

Pero a medida que me excitaba mi respiración comenzó a acelerarse, a poderse escuchar... y un gemido salió furtivo de mi garganta.

Plas! Bofetón.

-Que te calles!

Bajé la mirada. Él sujetó mis brazos sobre mi cabeza y comenzó a morderme justo por encima de las axilas...

Dolía y mi concentración bailaba entre el dolor y el placer de sus continuas embestidas.

Se corrió y me dejó ahí.

-Dúchate y vente a desayunar perra.

Aparecí por la cocina a cuatro patas.  Él bebía su café apoyado en la encimera.

-Vamos perrita, desayuna. Y que no te vea levantar la cabeza de tu comida.

Comencé a desayunar del cuenco con leche y cereales que habia en el suelo. La leche estaba calentita y sabia a miel... como a mi me gustaba. 

Mientras desayunaba noté el Hitachi jugueteando en mi coño... claro, me sobresalté y levanté la cabeza.

Varazo.

-¿Qué te he dicho?

Volví a bajar la cabeza... pero cada vez que cambiaba la vibración  ocurría lo mismo.

Me acabé el desayuno a duras penas... me costaba comer cuando estaba tan cachonda.

Me agarró en volandas hasta colocarme sobre sus rodillas.

Mordía mi oreja mientras el aparatito me torturaba de placer.

-Vamos Zorra, Córrete que tenemos que ir a currar.

Buenos días Jueves.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Domingo en el campo

 Me recogió en mi piso por la mañana. Falda negra, camiseta rosa con escote de pico, chaqueta vaquera, botines negros de tacón bajo y medias negras. Nada más, nada menos.
Subo a la moto y mi falda vuela un poco, para mi vergüenza… por suerte, no hay nadie en la calle… es demasiado temprano para un domingo.
Me lleva a las afueras, a un bosquecillo apartado al que no va casi nadie. Nos encontramos solos. Lleva una mochila que me causa tanta inquietud como excitación.
-Erytheia desnúdate. Déjate las medias y los zapatos.
Saca una manta y la pone en el suelo. Coloca una botella de vino, una copa, un bol y  un paquete de cacahuetes.
-Ponte ahí que te inspeccione.
Me coloco en posición. Piernas abiertas, manos a la cabeza, sacando pecho.
Me recorre con los dedos. Mira si voy bien depilada, entra en la humedad de mi coño con dos dedos y los huele. Me los pone en la boca para dejárselos limpios.  Pellizca y amasa mis pechos, los azota y abre mi boca. Me besa.
-Trae el culo.
Me giro me agacho y separo mis nalgas con las manos.
Entran un par de dedos. Después entra un dildo que acaba en una cola de perra, lo deja ahí y amasa mi culo.
-Bien. Vamos a beber algo perrita.
Me coloco a cuatro patas. Él sirve una copa de vino y echa un poco en mi cuenco.
Bebe tranquilo y yo también lo hago, lamiendo.
-Come perrita.
En su mano hay cacahuetes que me ofrece. Yo gateo hasta Él y los como directamente de su mano. Ladro agradecida, Él lo quiere así… pero no puedo evitar ponerme colorada.
Vuelvo a beber.
Saca de la mochila un juguete de perro.
-¿Quieres jugar perrita? Cógelo.
Lanza el juguete y yo gateo hasta recogerlo para llevárselo hasta donde está. Cuando se lo entrego vuelve a hacerlo y repite el juego hasta que se cansa. Tengo las rodillas destrozadas y las medias rotas.
-En pie.
Me levanto y tira de mi cola hasta sacarla. Duele.
-A ver Erytheia. Mírame. ¿Cuántas faltas has acumulado esta semana?
-Seis Amo. – digo y agacho la cabeza.
-Mírame. ¿Eso cuantos azotes son?
-Sesenta Amo, más los que usted considere que merece su perra.
-Vete a buscar una vara buena, que me guste. Si la tengo que buscar yo, doblaremos.
-Sí Amo.
Encuentro una, quizás demasiado gorda, pero prefiero pasarme a quedarme corta y recibir más.
Llego a dónde está y se la entrego. Asiente satisfecho y me indica que me agarre al árbol.
Cuento en voz alta, concentrada en no perder la cuenta. Cuando acaba me gira. Me ata las manos al árbol y me folla. Se corre sobre mi ombligo. Con dos dedos coge mis flujos y me los unta en la cara.
Se sienta y termina su copa, con tranquilidad, comiendo cacahuetes. Al rato se levanta. Me da de beber de su copa y derrama un poco sobre mis pechos. Lamiéndolos.
Me desata, me visto y me lleva a casa.
Me manda a la ducha mientras prepara la comida. Mi mima como nadie.
Le sirvo la comida y como a sus pies.  Se sienta en el sofá mientras yo recojo la cocina. Cuando acabo llego y me arrodillo a sus pies. Me agarra el pelo y me subo sobre su regazo.

Me quedo dormida. 

jueves, 12 de noviembre de 2015

Él y su capricho.

Llego sosteniéndome milagrosamente sobre mis nuevos tacones negros a su casa. Mi vestido gris se adapta a las curvas de mi cuerpo. Toco el timbre y me arrodillo... Abre la puerta y me invita a pasar. Gateo tras su paso.  
-Has llegado pronto.

Se vuelve a sentar a cenar, me dijo que viniese cenada. Cuando acaba, lleva los platos a la cocina, yo me mantengo en un rincón, arrodillada, llevo puesto el collar, los tacones y el tanga.

Me agarra por la coleta y me tumba sobre la mesa. Abro las piernas y me ata a las patas. trocitos de fruta sobre mi cuerpo y vuelca un poco de crema de chocolate en mi vientre. 

Saborea tranquilo el postre. De vez en cuando pone chocolate en mi boca y me besa. 

Cuando se acaba la fruta me lame. Desata mis piernas y las levanta hasta atarlas junto a mis brazos. 

Me enseña la vara y sonríe. 

Me azota y yo los cuento en voz alta.

-uno, dos, tres... quince.... veinticinco... treinta.... cincuenta...

 Estoy en su mundo, ya no existe nada más que Él y su placer. Tengo las nalgas y los muslos rojos, llenos de rallas. Lloro a moco tendido... 

Me desata y me lleva a rastras hasta la habitación... allí entro en la ducha. 

Orina sobre mi, sobre todo mi cuerpo... trago algo, aunque en general no lo enfoca a mi boca. 

Abre la ducha y me lava, rápido y sin miramientos. 

Me saca y apoya mi torso sobre el lavabo. 

Entra en mi culo y me folla, embiste con fuerza y lo saca para entrar en mi coño, alternando mis agujeros. 

Acaba girándome y arrodillada, se derrama en mi boca. 

Me lleva en brazos a la cama.

Me deja allí tumbada y cuando vuelve pinza mis pezones, ya duros. 

Con los pezones pinzados juega con diferentes vibradores en mis agujeros. 

-Córrete todo lo que puedas, zorra. 

Me corro, me corro, me corro y me vuelvo a correr... acabado absolutamente agotada... pero consigue arrancarme tres más. 


Cuando quita las pinzas y me masajea comienzo a relajarme. Deja los juguetes en la mesilla y me tumba sobre Él. llena mi cuerpo de crema y lo masajea. 

-Duerme Erytheia

Y yo, rendida, obedezco. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

Andrés y la ficción

A veces ella flota por mi pensamiento... me ronda desnuda en la mente y tengo que dejar lo que esté haciendo para desahogar la fuerza con la que me hincha... otras veces es mucho mejor, porque ronda por mi pensamiento cuando voy camino de su casa y entonces es más sencillo, más bonito y más placentero. Toco el timbre dos veces y abre arrodillada, con su tanga y sus tacones. Cierro la puerta casi a la vez que me bajo el pantalón y le follo con violencia la boca. Ella se esfuerza entregandose toda a mi disfrute. Aguanta el vaivén de mis embestidas contra su garganta hasta que me vacío en su interior. 

Me sigue a gatas por la casa, me sirve una bebida y me masajea para relajarme. Y descanso con ella a mis pies, que probablemente sea lo más cercano que exista al paraiso... y poco a poco voy entrando en mi mundo, en mi dominio, en el que solo existe ella.

La agarro del pelo y gatea veloz, tras de mí hasta subir a la cama. Me tumbo en la cama y le ordeno que comience ella, que tiene suficientes armas para saber hacerme disfrutar.

Comienza lamiendo, besando jugando con cada milímetro de mi cuerpo. Es tan bonita que parece de verdad...

Va lamiendo despacio mi polla hasta endurecerla.

-Monta.

Una palabra y ella sube ipsofacto sobre mí, clavándosela despacio. Voy marcandole el ritmo pellizcando sus pezones.

Me ruega correrse y me derramo en su interior.

Se deja caer agotada... y es tan bonita así rendida, tan preciosa satisfecha, la quiero tanto... que me cuesta creer que Erytheia pertenezca a vuestra ficción... porque en mi mundo están real, como el vuelo de sus faldas.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Tos tos tos

Estoy muy malita, ocho mantas por encima y una tos asquerosilla que no me abandona. Yo, por supuesto en todo mi esplendor... moño deshecho, camiseta de pijama, braguitas de algodón y una cara que recuerda a la novia cadaver...

Él entra en casa, tiene llaves para cosas como esta. Aparece con un vaso de leche calentita con miel, que me obliga a beber despacio aún sabiendo que no me gusta la leche. Me toca la frente... estoy un poco destemplada, pero nada preocupante. Me besa la frente y se sienta al otro lado de la cama, acurrucándome sobre su regazo. Me hace cosquillitas acariciándome la cara y la cabeza... me  arropa y me susurra al oido hasta que me duermo de nuevo.

Cuando despierto sigue ahí, velando mi sueño, cuidando de mí y sé que con Él protegiendome nada malo puede pasarme.